Los zapatos forman parte de nuestra vestimenta y nuestro estilo, y
encontrar los que más se nos adecuen cuesta tiempo, así que nos da mucha
pena cuando se estropean antes de tiempo. Para evitarlo, vamos a
dedicarle un espacio al cuidado de los zapatos con algún truco que os será útil.
En primer lugar vamos a proteger los tacones, porque cuántas veces
encontramos que están rayados o un poco erosionados. Pues antes de que
esto ocurra, hay que aplicar una fina capa con un esmalte de uñas
transparente que no se va a notar al ojo, pero va a proteger vuestros
tacones.
Si los zapatos son nuevos suelen resbalar. Un modo de evitarlo es
frotar las suelas con un trozo de patata para que el almidón sujete un
poco el zapato al suelo. También se puede pasar un papel de lija fino,
aunque la solución de la patata porque estropea menos el zapato y es
igual de eficaz.
Para evitar que destiñan y se queden los pies manchados, basta
utilizar una crema hidratante y untar con ella el interior del zapato,
incluida la suela. Así se consigue aislar el color de la piel y a la
vez, proteger el calzado. Por supuesto, hay que esperar a que se seque
antes de ponérselos, para no resbalar dentro de los zapatos.
Y un último consejo: ¿a quién no le ha pillado un chaparrón un día
con esos zapatos de cuero que tanto nos gustan? Muchas veces lo que
hacemos es ponerlos al lado del radiador, y así solo conseguimos que se
estropeen, ya que la piel se arruga.
Hay otra solución mejor: Primero secamos los zapatos con un paño,
absorbiendo toda la humedad posible, y de paso los limpiarlos. Luego les
aplicaremos una capa protectora de aceite de ricino (se puede usar
aceite de oliva en caso de un apuro), extendiendo bien para no dejar
machas. Por último, los rellenamos de papel de periódico para que no
pierdan la forma, y los dejamos secar de lado.
Unos consejos sencillos pero que os serán de ayuda para conservar los zapatos en perfectas condiciones.