PARQUE DE LA CIUTADELLA ( BARCELONA)
Durante muchos años fue el
único parque existente en la ciudad y es el primero (de los que conocemos en la
actualidad) que fue diseñado específicamente como parque publico: Ocupa
terrenos de la fortaleza construida por Felipe V para dominar la ciudad después
de la Guerra de Sucesión, en el siglo XVIII. Cuando, en 1869, Barcelona consiguió
el permiso gubernamental para demoler la
Ciudadela, se convocó un concurso de proyectos para el diseño del futuro parque.
el ganador fue Josep Fontseré, que también se encargó de las obras. El trazado
original del parque fue modificado para acoger la Exposición Universal de 1888
Algunos de los edificios construidos en aquel entonces aún perduran, y, más tardíamente,
el Zoo de Barcelona, que se adueño de la mitad de la extensión disponible.
Por este motivo, el parque
combina fragmentos muy diversos que han distorsionado las intenciones
primigenias. El elemento central es la cascada monumental, una construcción imponente, subrayada por escultura de
Vallmitjana y Fuxá y corona por la cuadriga rampante de Rossend Nobas. Junto a
esta pieza arquitectónica hay un gran lago irregular, rodeado de vegetación exótica
que incluye un grupo de Taxodium Distichum, un ciprés que pierde las hojas en
invierno y vive dentro del agua, muy paisajístico y navegable en barquitas de
remo.
La presencia de un templete de
hierro en esta zona confirma que es la plaza central del parque, donde se concentra
la máxima actividad humana, siempre intensa y muy variada. Muy cerca, hay otro
sector diferenciado del parque, configurado por los edificios que se han conservado
de la antigua Ciudadela: El arsenal es ahora la seda del Parlament de Catalunya
y el Museo de Arte moderno. Por delante, se abre una elegante plaza de armas,
diseñada por Forestieer en 1917. En el estanque ovalado, lleno de nenúfares, se
encuentra la estatua El Desconsol, de Llimona. Otros edificios conservados son
la Capilla y el Palacio del Gobernador, también destinados a usos públicos.