Planchar
suele ser la actividad doméstica que más trabajo nos cuesta. Para hacerlo un
poco más fácil, os vamos a dar unos cuantos consejos:
Hay que empezar por adoptar una postura correcta: hay que
regular bien la altura de la tabla, para no tener que doblar la espalda e
intentar no planchar más de un cuarto de hora seguido sin cambiar de actividad.
Para las arrugas que se resisten, probad a hacer lo siguiente:
poned en la tabla de planchar un trozo de papel de aluminio, encima la prenda,
y sobre ella un pañuelo húmedo. Veréis qué resultados tan buenos da.
Para planchar terciopelo, lana y otros tejidos delicados puede ser de gran ayuda utilizar un pañuelo o una toalla dina colocada encima; de esta manera evitaremos también que salgan brillos con el calor.
También nos puede pasar que sin querer, dejamos la plancha
sobre una prenda más tiempo del deseado y quede en ella un cerco amarillento,
como de quemado. Para eliminarlo hay que empapar un algodón en agua oxigenada y
frotar la mancha con él. Este remedio no hace milagros si está muy quemado,
pero sí que consigue atenuar un poco el color.
Esperamos
que estos consejos os hagan más llevadera la tarea del planchado.
Así me gusta que planches bien y ayudes a tu mujer, un abrazo
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