REMEDIO PARA ESTE MES DE JULIO
HERPES LABIAL
Los herpes labiales, también denominados "fuegos labiales", son pequeñas ampollas , enrojecimientos o inflamaciones que aparecen en los labios y en las zonas de los alrededores. Se trata de una enfermedad causada por el virus herpes y que se representa asociada a estados frebiles, a infecciones o a insolaciones. Suelen ser muy molestos, además de antiestéticos, y pueden llegar a durar incluso una semana.
Los primeros síntomas de la aparición de un herpes se representan en forma de picaduras y quemazones en la zona donde posteriormente, uno o dos días después, surgirá la lesión. En la piel aparece una erupción que deriva en pequeñas ampollas rellenas de un líquido amarillento. Una vez se rompen, se forma una costra, que dejará una pequeña cicatriz al caerse. Lo normal es que, con la desaparición de la herida, desaparezca también el virus infeccioso del herpes, pero en algunos casos puede suceder que éste permanezca latente y se reactive frente a una bajada de defensas.
Riesgo de contacto
Nunca se debe tocar un herpes con los dedos, pues podría infectarse y además transportarse el virus a otras partes del cuerpo. Los herpes son contagiosos y se pueden transmitir a otras personas mediante el contacto directo o incluso mediante el uso compartido de objetos como los vasos o los cubiertos.
Si la lesión está cerca del ojo o produce irritación ocular, hay que acudir urgentemente al médico, pues podría tratarse de queratitis, una infección de córnea por virus herpes que necesita un tratamiento específico.
Remedio de flores de caléndula y llantén
Para curar el herpes es imprescindible tratar primero la fiebre, la insolación o el proceso infeccioso que lo ha originado. Pero tambien hay algunos remedios que permiten aliviar sus consecuencias y acelerar su curación. Proponemos un remedio de gran ayuda.
Ingredientes: 1 puñado, de flores de caléndula, 3 hojas de llantén, aceite de germen de trigo, 25g de manteca de cacao, 5 gotas de aceite esencial de limón.
Preparación: Primero haremos un oleato. Para ello añadiremos los pétalos de flores de caléndula y las hojas de llantén al aceite de germen de trigo. Lo colocamos en un tarro hermético y lo dejamos macerar durante 15 días. Una vez macerado lo filtraremos y ya estará listo el oleato. Disolvemos al baño María la manteca de cacao, una vez disuelta, añadimos los 25g del oleato de caléndula y llantén y 5 gotas de aceite esencial de limón. Guardamos la mezcla en un tarro y la dejamos enfriar, una vez fria ya estará lista para su aplicación.
Uso: Aplicar sobre la zona afectada con una espátula o un bastoncillo de un único uso.
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