JARDINES DEL LABERINTO DE HORTA (BARCELONA)
Los jardines del laberinto de
Horta son un testimonio único del pasado aristocrático de la villa de Horta. Fueron
construidos, a partir de 1791, por el marqués
de Alfarràs y Llupià, la zona ajardinada está rodeada de bosque
espontáneo, constituido en su mayor parte por un pinar, que acentúan el
aislamiento del jardín y le confiere un aspecto
muy natural. Dentro de la finca, y en el interior de la casa, se
conserva una torre medieval de defensa conocida como Torre Subirana.
El jardín neoclásico se
organiza en diferentes niveles, siguiendo los accidentes del terreno. En la
parte superior se construyo una gran alberca para garantizar el agua de riego. En
la entrada encontramos un “jardín domestico” compuesto de bojes con formas recortados.
La pieza central del parque es
el Laberinto de cipreses recortados, en medio del cual está situada una pequeña
estatua de Eros. El laberinto funciona como tal y resulta muy divertido buscar
el camino.
Se accede el nivel superior por
dos escaleras que enmarcan una gruta dedicada al mito de Eco y Narciso. Arriba,
dos templetes clásicos y simétricos, consagrados respectivamente a Dánae y
Ariadna, cierran la balaustrada, desde la que se disfruta de una vista
magnifica de los jardines y la ciudad. Más arriba está situado el Pabellón, en
el que el marqués recibía a sus invitados, la gran alberca cuadrangular, una
fuente presidida por la ninfa Egeria, que ya se encuentra a las puertas del
bosque.
Antes de acceder al nivel de pabellón
un puente de piedra sirve para salvar un canal de agua. El canal se ensancha
para dar acogida a una isla artificial. El otro extremo nos lleva hacia el jardín
romántico, creado en una hondonada umbría de exuberante siempre verde vegetación.
Nace en una cascada artificial de roca. Podemos encontrar pequeños estanques
circulares cubiertos de especies acuáticas. El jardín romántico acaba en una
pequeña hondonada donde hay un falso cementerio, actualmente desprovisto de las
lapidas y del autómata, un monje que sostenía una calavera, que representa la meditación
ante la muerte.
Por todo el jardín se
encuentran diseminadas esculturas, jarrones de terracota, pérgolas, juegos de
agua y detalles cautivadores. Los jardines tienen categoría de jardín-museo.
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