EL CANIGÓ
El Canigó es un macizo del Pirineo
catalán situado entre las comarcas del Rosellón, el Conflent y el Vallespir. Su
punto culminante es el pico del Canigó, de 2.784 m. La diversidad natural es
una de las características de este macizo.
El Canigó ha inspirado numerosas leyendas, canciones
populares y recreaciones literarias, entre las que destaca el poema épico
Canigó (1886), escrito por Jacinto Verdaguer. Alrededor de esta montaña hay
todo un universo simbólico, vinculado a la identidad del pueblo catalán, lo que
se concreta con la tradición festiva de la Llama del Canigó, que tiene lugar
cada año en la víspera de San Juan, en el solsticio de verano.
El patrimonio arquitectónico de la montaña también es
relevante. Destacan los monasterios románicos de San Martín del Canigó y San
Miguel de Cuixà , así como el priorato de Santa María de Serrabona. A los
pies del macizo cabe destacar los pueblos amurallados de Vilafranca y Prats de
Molló, de origen medieval, la villa termal de Vernet y la población de Prada.
La Llama del Canigó es una tradición vinculada al solsticio de verano y los fuegos de San Juan que tiene lugar cada año, entre el 22 y el 23 de junio, en diferentes lugares de los Países Catalanes. Se inicia con la renovación del fuego en la cima del Canigó y culmina con el encendido de las hogueras de la noche de San Juan en la mayoría de pueblos y ciudades.
Cada 22 de junio, un grupo de excursionistas del Círculo
de Jóvenes de Perpiñán cogen el fuego que desde 1965 queda encendido el
Castellet de Perpinyà y lo suben hasta la cima del Canigó, a 2.784 metros. A
media noche, encienden una nueva hoguera e inician el descenso de la montaña
con la Llama renovada. Muchas otras personas los acompañan o los esperan al Plà
de Cortalets, desde donde inician el recorrido hacia diferentes lugares a pie,
en bicicleta o en coche para hacer posible que la Llama se extienda por pueblos
y ciudades y llegue a tiempo de encender las hogueras de la noche de San Juan.
La Llama es recibida por ayuntamientos, consejos comarcales y entidades culturales, sociales y deportivas de más de 350 municipios de los Países Catalanes, así como por el Parlamento de Cataluña en un acto institucional. De a esta manera, y gracias a cientos de voluntarios, el fuego que viene de la montaña ilumina las verbenas populares que se hacen alrededor del fuego. Se calcula que esa noche se encienden unas 3.000 hogueras con el fuego que proviene de la cima del Canigó.
Esta tradición está emparentada con otras celebraciones del solsticio en el Pirineo, como las fallas de Isil, Alins, Durro, Vilaller, Barruera, Pont de Suert y Andorra o la quema de eth Haro de la Val d'Aran, donde el fuego que baja de la montaña también es el protagonista de la noche. Pero más allá de esta fiesta, la Llama del Canigó tiene una simbología vinculada con la vitalidad de la cultura catalana y la unidad de los Países Catalanes.
La Llama es recibida por ayuntamientos, consejos comarcales y entidades culturales, sociales y deportivas de más de 350 municipios de los Países Catalanes, así como por el Parlamento de Cataluña en un acto institucional. De a esta manera, y gracias a cientos de voluntarios, el fuego que viene de la montaña ilumina las verbenas populares que se hacen alrededor del fuego. Se calcula que esa noche se encienden unas 3.000 hogueras con el fuego que proviene de la cima del Canigó.
Esta tradición está emparentada con otras celebraciones del solsticio en el Pirineo, como las fallas de Isil, Alins, Durro, Vilaller, Barruera, Pont de Suert y Andorra o la quema de eth Haro de la Val d'Aran, donde el fuego que baja de la montaña también es el protagonista de la noche. Pero más allá de esta fiesta, la Llama del Canigó tiene una simbología vinculada con la vitalidad de la cultura catalana y la unidad de los Países Catalanes.
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